sábado, 4 de mayo de 2013

Maduro vendrá a la Argentina



En su segundo viaje tras el triunfo electoral, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, visitará la Argentina el miércoles 8 de mayo  junto a algunos ministros como el de Energía y Petróleo y titular de la petrolera estatal PDVSA, Rafael Ramírez, y el canciller, Elías Jaua.

La decisión no sólo implica una prueba de la prioridad que tiene la relación política y económica con Argentina. También supone un relanzamiento de las reuniones de trabajo intergubernamentales que caracterizaron por años a las negociaciones entre la Argentina y Venezuela. 

Según el diario Tiempo Argentino, la llegada de Maduro será acompañada por una demostración de apoyo de agrupaciones y movimientos ligados al kirchnerismo. El 10 de abril, cuatro días antes de la elección que enfrentó a Maduro con Henrique Capriles, el canciller venezolano pasó por Buenos Aires en una verdadera visita relámpago. Jaua iba a arribar a la Argentina a principios de mes, pero la trágica inundación en La Plata obligó a cambiar la agenda oficial: el gobierno decidió postergar todo lo que no fuera intervención y presencia del Estado ante la catástrofe. 

La cuestión promete ser distinta el 8 de mayo próximo. No se descarta incluso que Maduro termine encabezando un acto multitudinario en la cancha de All Boys, en el barrio de Floresta, al que asistirían organizaciones políticas que forman parte de Unidos y Organizados. El estadio, por lo pronto, ya fue alquilado para ese día por la agrupación Miles.

La agenda de Maduro en Buenos Aires no incluirá una recepción en el Parlamento. El mandatario y su equipo de ministros se concentrarán en las reuniones de trabajo con sus pares argentinos. Uno de los temas de conversación, inevitablemente, serán las acusaciones que viene lanzando Capriles. 

El sábado, el dirigente opositor ratificó sus denuncias de irregularidades en los comicios y anunció que impugnará el resultado ante el Tribunal Supremo Electoral. Según el portavoz de la coalición antichavista, la oposición venezolana habría recibido pruebas de presuntas irregularidades, como el llamado "voto asistido" (una persona que acompaña a votar a un votante que no tiene ninguna discapacidad) y la duplicidad de votos, con electores fallecidos. Estas presuntas irregularidades, sin embargo, no fueron denunciadas en su momento, cuando terminó el escrutinio oficial. De hecho, hasta el rector del CNE ligado a la oposición (su nombre es Vicente Díaz) reconoció no haber recibido ninguna prueba que pueda poner en duda el resultado del 14 de abril.

Las denuncias de Capriles no alterarán la posición del gobierno argentino en este punto. Tal como lo manifestara en su momento la propia Cristina Fernández, la Argentina coincidió con el resto de Sudamérica en dos principios fundamentales: el reconocimiento a la legitimidad del triunfo de Maduro, proclamado ganador por el CNE, y la exhortación a los sectores opositores a que canalicen las protestas por vías institucionales y no a través de la violencia. La posición de la región se hizo pública en la reunión extraordinaria de Lima. Sus fundamentos parten de las conclusiones de la misión de observadores de Unasur, que encabezó Carlos "Chacho" Álvarez.

"El sistema electoral venezolano es un sistema probado tecnológicamente. Un fraude electrónico es imposible. A la oposición le va a ser muy difícil plantear una nueva elección. A impugnar la elección, la cuestión pasa a quedar bajo la órbita del Tribunal Constitucional", subrayó Álvarez.. "El resultado del CNE es indiscutible. Al estar avalado el sistema están avalados los resultados que dan las máquinas", remarcó Álvarez.  

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