El 17 de octubre de 1945 marcó la historia del pueblo
argentino, y en especial de los seguidores de Juan
Domingo Perón. Sus
efectos políticos y su realizaciones aún perduran, y hoy son continuadas en
este Proyecto Nacional y Popular que iniciara Néstor Kirchner el 25 de mayo de
2003 y hoy sigue bajo la conducción de la Compañera Presidenta de la Nación
Cristina Fernandez de Kirchner.
Repasemos un
poco la historia....
“El presidente Ramírez había sido desplazado de su
cargo por las fuerzas armadas y su lugar lo ocupó el entonces General Farrell,
Perón ejercería simultáneamente los cargos de Vice Presidente de la Nación,
secretario de Guerra y secretario de Trabajo y Previsión. Su accionar fue
generando resistencias internas y, la designación de Oscar Nicolini -un amigo
de Evita-, al frente de la
cartera de Correos y Telecomunicaciones, en lugar del coronel Imbert, fue la
gota que colmó el vaso y determinó un sordo enfrentamiento con el jefe de Campo
de Mayo, General Ávalos. La cuestión se decidió en una votación de los altos
oficiales que perdió Perón, por lo cual el 8 de octubre de 1945 renunció a
todos sus cargos.
El coronel Perón le pidió a su amigo el Presidente
que lo autorizara a despedirse públicamente usando la red de radiodifusión para
transmitir su discurso, dado en un acto improvisado ante la Secretaría de
Trabajo, en el cual, lejos de despedirse, instó a los trabajadores "a
defender las conquistas sociales otorgadas" (que venían siendo puestas en
entredicho por la oposición, incluso la Corte Suprema de Justicia se negó a
tomar juramento a los jueces de los recién creados Tribunales del Trabajo,
alegando que no tenían acuerdo del Senado) y anunció otras nuevas, como el salario mínimo, vital y básico, pero
haciendo notar que dichas medidas no se encontraban firmes aún. El sector de
las fuerzas armadas que se oponía a Perón tomó la maniobra como un desafío, y
obligó a Farrell para que dispusiera su arresto, que se hizo efectivo primero
en la Isla Martín García y luego
en el Hospital Militar.
Según algunos historiadores, el sindicalismo argentino, hasta
entonces desanimado por las propuestas de lucha de comunistas y socialistas, se
aproximó a las soluciones reales y concretas que les ofrecía Perón.
Si bien la CGT no auspició la
movilización que se transformaría en la mayor masa popular que reuniera en
Plaza de Mayo hasta ese momento, la declaración de huelga sirvió como impulsor
para que varios sindicatos y los trabajadores en general, que estaban en alerta
desde días antes, se sintieran avalados para las acciones a emprender.
De esta manera llegaría el mítico 17 de octubre, desde las primeras
horas de la mañana, comenzaron a llegar columnas de manifestantes con banderas
y pancartas a la Plaza de Mayo que venían desde Avellaneda, Lanús, Banfield,
Quilmes, San Martín, etc. En su gran
mayoría trabajadores impulsados por algunos dirigentes gremiales, entre los que
se encontraba Cipriano Reyes.
Los manifestante se convertirían en todo un símbolo
de un movimiento nacional popular, para algunos estudiosos el mas
importante de Argentina: El Peronismo.
La escena de “las patas en la
fuente”, que con los años se transformó en nuestra seña de identidad profunda:
cabecitas y descamisados pedían en la epopeya de aquella jornada, un lugar bajo
el sol de la historia.
Se abrazaron quienes en las calles se
reconocieron espontáneos hermanos de causa, de ideales postergados y de sueños
robados.
Aquel día mitológico aquellos peronistas le
pusieron alma y cuerpo a la política.
Los trabajadores argentinos supieron ese día que
ante las adversidades los puentes se cruzan, las distancias se caminan y los
derechos se conquistan”.
Por eso desde aquel día los
peronistas incorporamos para siempre la palabra LEALTAD a la política nacional.
Y desde entonces, el Pueblo argentino junto al Coronel Juan Domingo Perón pusieron en vigencia la fuente ígnea de un
sentimiento vital, el de una Nación Justa, Libre y Soberana como realidad
sustantiva y enaltecedora.
Esas tres banderas que hoy nosotros debemos defender ante los
embates de la derecha conservadora, quienes buscan destruir lo que ayer lograran
Perón y Evita, y por lo hoy logrado durante esta década ganada de Néstor y
Cristina. Para sostener los derechos obtenidos para los humildes y trabajadores que nunca habían tenido
nada, por seguir aumentando la inclusión e igualdad social que tanto le duele a la oligarquía de nuestro país.
Es nuestra la responsabilidad de que la Argentina sea socialmente justa, económicamente libre, y políticamente
soberana
Debemos entender Compañeras y
Compañeros, que el Día de la Lealtad no es solo un festejo cada 17 de octubre,
es una práctica diaria en nuestras vidas por el bien del otro. Lo
dijo nuestra conductora, LA PATRIA ES EL OTRO.
Hoy nos toca a nosotros, poner nuestro cuerpo y alma,
acompañando este proyecto nacional, popular e inclusivo.
Hasta la Victoria Siempre
Compañeras y Compañeros!
Daniel De León.