jueves, 16 de diciembre de 2010

Cantando mas fuerte que nunca Compañeros!


Gracias a los compañeros jujeños que lo subieron a internet!

Insólito: tras el acuerdo por Soldati, Clarín instala un triunfo de Macri



En una lectura muy particular, el diario interpretó una victoria macrista en el plan de viviendas acordado para frenar la toma. Nada dijo de la subejecución de partidas, ni del papelón de Rodríguez Larreta en la Legislatura. 
 

La militancia o el cautiverio no son buenos domicilios para quienes queremos vivir este oficio con dignidad”, escribió hace algunas semanas Osvaldo Pepe, secretario de redacción de Clarín, en su columna “Del Editor al Lector”, en la página 2 del diario. Allí contraponía el llamado “periodismo militante” al “periodismo profesional”, que el matutino, a su entender, practica en forma ecuánime y persiguiendo la inquebrantable misión de informar a sus lectores sobre los hechos que cada día acontecen en la Argentina y en el mundo. Días más tarde, en otro editorial, el grupo volvía a quejarse por la “manipulación de los medios estatales” que –explicaba– termina por convertirlos en “órganos partidarios”.
En su edición de ayer, y tras las primeras señales de un acuerdo entre el gobierno nacional y la ciudad para poner fin a la toma del Parque Indoamericano en Villa Soldati, el diario instaló en su principal espacio de portada “Marcha atrás oficial: acordaron con Macri”. Ahora bien, según la pretensión de objetividad que defiende el medio, ese título, ¿vendría a ser real? ¿O es, en cambio, una opinión?
Pueden tirarse algunas pistas para intentar dilucidarlo.
Para empezar, Clarín fue ayer el único diario que tomó esa línea de interpretación. Claro que el dato de por sí no es garantía de nada (varias veces hemos marcado desde aquí desatinos generalizados); pero tampoco es para desdeñar que hasta La Nación, o El Cronista decidieron hacer hincapié en el acuerdo que se concretó para liberar los predios ocupados, acuerdo cuyo punto central pasó por la elaboración de un plan de viviendas financiado en partes iguales por la Nación y la Capital Federal, y en el cual, además, no habrá créditos para quienes sigan ocupando terrenos públicos o privados.
En segundo lugar, es difícil entrever cómo habrá llegado el matutino a esa conclusión, dado que desde el principio del conflicto la única propuesta de parte de Mauricio Macri fue la insistencia con el desalojo vía represión. “Fuentes de ambos sectores coincidieron en que fue la Nación la que puso sobre la mesa las dos ofertas que destrabaron el acuerdo: poner un peso por cada peso que ponga la Ciudad y que quienes usurpen tierras perderán el derecho a los planes sociales”, pudo leerse no en Página/12, ni en Tiempo Argentino, sino en el propio Clarín.
El día martes, el jefe de Gabinete porteño, Horacio Rodríguez Larreta debió ir a la Legislatura a dar su informe periódico de gestión. Allí –según relataron algunos diarios– el funcionario fue acorralado por la oposición con preguntas sobre la falta de políticas de vivienda, el discurso hacia los inmigrantes, las falencias de la Policía Metropolitana y la inacción del PRO ante la ocupación del Indoamericano. “Larreta culpó al gobierno nacional y a las gestiones previas y se aferró a los números de su Power Point, pero no ofreció ninguna solución concreta a la toma de Villa Soldati –escribió Página/12–. La sesión terminó en escándalo, con los legisladores del PRO amagando con irse a las manos con los opositores.” Clarín nada dijo ayer de este episodio –del que sí informó el mismo martes en su página web–, así como obvió los datos sobre subejecución de partidas de vivienda (ver recuadro).
Para terminar, vale la pena detenerse en la posición histérica de  un diario que venía apuntando con dureza contra la supuesta “intransigencia” del gobierno nacional por no querer llegar a un acuerdo con la administración macrista. Cuando prevaleció la opción de Cristina Fernández de privilegiar una salida política sin represión, que llevara además un principio de solución para el déficit habitacional, entonces Clarín anunció en su portada que el gobierno “retrocedió” frente a Mauricio Macri.
Más que hecho, noticia, opinión o interpretación, la tapa de Clarín de ayer se pareció, más bien, a un dibujo. Uno bien burdo, tosco y desa-lineado: casi un mamarracho.
Fuente: Tiempo Argentino.

Stornelli denunció “un plan organizado” para desestabilizar



El fiscal Carlos Stornelli denunció ayer ante el juez federal Norberto Oyarbide un “plan organizado de usurpación y despojo de bienes públicos del Estado” con la posible participación de punteros políticos de la ciudad y la provincia de Buenos Aires para desestabilizar al gobierno nacional. La presentación ocurrió un día después de que la presidenta Cristina Fernández asegurara que los incidentes ocurridos en Villa Soldati habían sido impulsados por sectores políticos. “Esto no se desmadró, se apadrinó”, dijo la mandataria.
Según expresa en el escrito que presentó en el juzgado 5, Stornelli evaluó que los hechos podrían haber contado “con la existencia de una organización de cómplices e instigadores que podrían haber importado actos organizados de sedición”. En ese contexto, hizo referencia a un “plan de usurpación y despojo de bienes públicos al Estado” y se preguntó si “tuvieron por objetivo directo la concesión por parte de los poderes del Estado de decisiones a su favor y con la intención de desestabilizar al Poder Ejecutivo”.
En su presentación, el ex ministro de Seguridad bonaerense pidió que se investigue la “existencia de cómplices y encubridores de quienes tomaron directa intervención en los hechos, como así también quiénes conspiraron contra los poderes del Estado teniendo en miras los fines expuestos”.
La denuncia incluye la mención a la utilización de armas, a las tres personas muertas y a los heridos. Además, contiene información en relación a los demás predios que intentaron ser tomados en Quilmes, La Matanza, Barracas y Lugano.
También hace referencia a declaraciones en ese sentido de diferentes políticos, así como del jefe de Gabinete de la Nación, Aníbal Fernández, y de la presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner.
“Las irrefutables pruebas que surgen de las vistas fílmicas y fotográficas importan a la promoción de una investigación penal tendiente a esclarecer los gravísimos eventos acontecidos”, dijo el fiscal.

Garré asumió para impulsar una política de seguridad democrática



El abrazo se prolongó más de lo que indica el protocolo. Era la presidenta que saludaba a su flamante ministra de Seguridad, Nilda Garré, quien acababa de jurar y estampar su firma ante la mirada eterna del escribano de la Presidencia. El tiempo que duró ese abrazo reflejó el grado de dificultad que implicaba la tarea. Cristina estaba sonriente: tras los aplausos, que sonaron especialmente fuertes, acaso una reivindicación, se acercó a saludar a los familiares de la primera ministra de Seguridad del kirchnerismo. Entre ellos estaba Raúl Garré, hermano de Nilda y mano derecha en las cruzadas sensibles. No cabe duda que esta tarea es una de ellas: uno de los objetivos declarados de la ministra será promover una transformación de la Policía Federal para subordinarla al poder político. La complejidad del desafío tuvo su primera demostración en la broma que le dedicó a Garré el movilero de CQC. Le regaló un guante de cocina “para agarrar ese fierro caliente”.
Garré asumió en el Salón Blanco acompañada por toda su familia y una nutrida delegación de abogados y profesores de Derecho Procesal. En el acto asumió también el nuevo ministro de Defensa, el ex gobernador santacruceño Arturo Puricelli. De buena relación con el ministro de Planificación, Julio De Vido, hasta ahora Puricelli se desempeñaba al frente de Fabricaciones Militares. La jura de la ministra de Seguridad reunió al resto del Gabinete; también a unos cuantos diputados del bloque oficialista, como Agustín Rossi, Carlos Kunkel, José María Díaz Bancalari, Juliana Di Tulio, Dante Gullo. En el Salón había presencia de organismos de Derechos Humanos, representados en las figuras de Hebe de Bonafini y Estela Carlotto; miembros de la Corte Suprema, como Elena Highton de Nolasco, y caras conocidas de la familia judicial, como el procurador general de la Nación, Esteban Righi, y el procurador general del Tesoro, Joaquín Da Rocha.
Uno de los comentarios generalizados fue la llamativa ausencia de intendentes –no había ningún jefe comunal del Conurbano–y el bajo número de gobernadores: a la derecha de la presidenta se ubicaron Daniel Scioli (Buenos Aires), Oscar Jorge (La Pampa) y Gerardo Zamora (Santiago del Estero). “No se invitó a mucha gente, las invitaciones fueron bastante restringidas”, fue la explicación que dio a Tiempo Argentino un funcionario del Ministerio de Justicia que conoce mucho a los nuevos ministros. La designación de Garré y Puricelli se formalizó a través de los decretos 1996/2010 y 1995/2010, publicados en el Boletín Oficial el 14 de diciembre.
Quizás el elemento distintivo del acto haya sido el acompañamiento de la comunidad universitaria. Entre los asientos se veían profesionales en ciencias sociales, integrantes de centros de estudios de política criminal, la mayoría especializados en la llamada “seguridad democrática”. De hecho, el amplio arco de ONG que impulsa el Acuerdo para una Seguridad Democrática dio el presente: el CELS, además, hizo circular un comunicado en el que festejaba la “oportunidad” para garantizar la conducción política de las fuerzas policiales. “El autogobierno de la fuerzas de seguridad, en particular de la Policía Federal, representa una amenaza permanente para el sistema democrático”, decía el comunicado. Entre los presentes estaban los diputados Martín Sabbatella y Ariel Basteiro, impulsores de esa iniciativa. También los miembros de Carta Abierta. 
  Poco después de jurar “por la patria”, Garré se encargó de despejar las dudas sobre el organigrama que piensa darle al Ministerio de Seguridad. Como viceministra, confirmó que será designada la fiscal Cristina Caamaño, quien cobró notoriedad con su actuación en la investigación por el crimen de Mariano Ferreyra. Caamaño conoce mucho a las fuerzas de seguridad, sobre todo a la Policía Federal. Aparte de ella, en una Secretaría de Planeamiento Estratégico asumirá Gustavo Sibilla, hasta ayer secretario de Estrategias y Asuntos Militares. Garré tiene pensado conformar una tercer secretaría, en la que podría ser designado su hermano. Con esos funcionarios, y una estructura por crearse, Garré tendrá a su cargo a la Policía Federal, la Gendarmería, la Prefectura y la Policía de Seguridad Aeroportuaria. De su cartera también dependerá la Caja de Retiros, Jubilaciones y Pensiones de la Policía Federal Argentina y el Consejo de Seguridad Interior.



Fuente: Tiempo Argentino